martes, 17 de diciembre de 2019

Alejandro Farnesio, el Papa Paulo III, es al que va dedicada la obra de Nicolás Copérnico "Las Revoluciones de las Órbitas", en la que expone su hipótesis Heliocéntrica.


Nicolás Schonberg, Arzobispo de Capua, animó a Copérnico a que publicara sus escritos sobre la Hipótesis Heliocéntrica.


Johamm Albrecht Widmanstetter, Teólogo y Secretario de Giulio di Medici, el Papa Clemente VII, pronunció una serie de conferencias en Roma defendiendo la hipótesis Heliocéntrica de Copérnico. Clemente VII, del que era Secretario, quedó asombrado con las ideas de Copérnico.


Giulio di Medici, Clemente VII.

Tiedemann Giese, Obispo de Kulm y posteriormente de Ermland, fue otro miembro de la jerarquía católica que apoyó a Copérnico.


Nicolás Copérnico, eclesiástico católico, es el autor de la hipótesis Heliocéntrica que ofrecía una explicación alternativa al Geocentrismo, modelo del universo aceptado por el "consenso oficial de la época". Los enemigos de la Iglesia pretenden en la actualidad que creamos que era ésta la que defendía el modelo aceptado por las élites del conocimiento de la época, pero se trataba de un debate entre los líderes del conocimiento de aquel momento, entre los que había tanto eclesiásticos como personas ajenas a la jerarquía de la Iglesia. Se trataba por tanto de un "debate científico" en el que destacados católicos apostaron por el heliocentrismo.




viernes, 16 de marzo de 2018

Ante la opinión contraria de León III, Carlomagno consigue que se incluya el "Filoque" en el símbolo de Nicea-Constantinopla, Credo de Nicea-Constantinopla."Filoque" es el dogma teológico que determinaba que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo.

"Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible e invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del
Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, 
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, 
por quien todo fue hecho;
que por nosotros los hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se
encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
resucitó al tercer día, según
las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una,
santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.